El Cantar de los Nibelungos
- Gustavo Gandini
- 30 abr 2020
- 4 Min. de lectura
Haciendo una lectura comparada con otros cantares, podemos decir que este es anómalo.

El cantar de los Nibelungos en vez de festejar y exaltar la figura guerrera de un héroe, la utiliza como punto de partida para la destrucción de todo un imperio. Desde la muerte de Sigfrido, comienza la caída del imperio.
EJES TEMÁTICOS
LA GUERRA
Época la de producción de los poemas épicos de máximo esplendor en la tradición guerrera de los pueblos. Así, los poemas de este tipo, recogen y transmiten toda una tradición narrando s
ucesos del pasado.
Una vez más las diferencias entre el tiempo en el que se produce la historia es afectado por el tiempo del relato (véase Genette “Figuras III”).
Encontramos diferencias notables entre costumbres antiguas y las propias del contexto de escritura del cantar.
-La composición de los ejércitos: no eran grupos claramente organizados. En realidad, los ejércitos germanos eran verdaderos pueblos en marcha.
- En los ejércitos germanos, hombres y adolescentes participaban en sus filas. En el cantar, los ejércitos se componían de caballeros y profesionales (práctica feudal).
-Identidad de los ejércitos: en el cantar, los ejércitos tienen homogeneidad étnica derivada de alguna manera del contacto con los romanos. Obviamente esto no ocurría en los antiguos ejércitos.
LA GUERRA
En el contexto de escritura existía la concepción cristianan de bellum Iustum (guerra justa). Para abreviar diremos que las condiciones de este tipo de guerra eran:
- Debía ser ordenada por una autoridad legítima.
- Debía comenzar por una causa justa.
- Debía perseguir buenos objetivos.
Si bien puede entenderse que Crimilda tiene una causa justa, es movida por el odio; persigue la venganza.
LA PAZ
El término que los germanos usaban el de Vride, entendiéndola como prosperidad entre Dios y el mundo, progreso y buenas cosechas. La Vride no significaba la ausencia de guerras.
En el Cantar, tendremos antes del final, numerosos intentos por mantener la paz y evitar la masacre.
Estos intentos marcan una característica propia de la doctrina caballeresca: la sapiencia, la diplomacia. Ejemplo de esto lo encontramos en el personaje de Dieterich (homo politicus).
EL PAPEL DE LA MUJER
Viendo el desarrollo del poema en su totalidad, podemos afirmar que el tratamiento de los personajes femeninos se diferencia totalmente de otros cantares (Roldán y el Mio Cid).
Comencemos mencionando cómo era vista la mujer en la Edad Media: sumisa, culpable eterna (recordemos que Eva era la responsable del pecado original). Para una mujer de la Edad Media, el único refugio era vivir una vida virginal. Así, por un lado, el hombre debía cuidarse de no caer en la trampa de la mujer y la mujer debía guardarse de sí misma.
Focalizándonos particularmente en otros cantares de gesta, vemos que la mujer tiene una función épica marcada: madre, esposa, hija, etc.
Construidas en dos dimensiones claras; la primera, una ideología heroica que la dota de identidad ejemplar social. La segunda, la de personalidad individual que se deja ver a lo largo de los cantares.

De alguna manera, la mujer en la épica funciona como subsidiaria del héroe, a la espera, siempre compañera, siempre amante.
En la antigua civilización germana, la mujer desempeñaba múltiples roles, trascendiendo los desarrollados por las mujeres en otras partes de Europa.
- Rol económico: las mujeres germanas supervisaban las propiedades, la contabilidad, solicitaban juntas y ejercían la representación legal de su esposo.
- Rol religioso: realizaban alianzas religiosas, transformándose en verdaderos referentes.
- Rol político-reproductivo: las mujeres eran verdaderas tejedoras de alianzas a través de los matrimonios entre familias.
- Rol medicinal: conocedoras de los poderes curativos de las hierbas, las señoras del castillo eran las encargadas de curar a los heridos en épocas de guerra.
En el Cantar
SI bien esta obra sostiene las características típicas de los cantares, manifiesta una serie de innovaciones, sobre todo en relación a lo femenino.
Lo primero de destacar es el protagonismo de Crimilda y Brunilda en la historia total del Cantar, sobresaliendo del estereotipo de su época.
CRIMILDA
Es el primer personaje que se describe con profundidad en la obra. Este personaje se trata de la princesa de Worms y hermana de los reyes burgundios Gunter, Gernot y Geiselher, los cuales la custodiaban.
Durante la primera parte, era una joven de inigualable belleza y de presencia noble, pura, virginal y pacífica; para la segunda su sed de venganza dominará la escena, tomando el papel más relevante en la obra y tornándose a un personaje despiadado y maquiavélico.
No debe leerse esto como un desdoblamiento de la personalidad del personaje sino como la construcción de la psicología del mismo.
En el comienzo de la obra, Crimilda respeta el prototipo de mujer en la Edad Media. Es más, como mujer cumple su papel de elemento objetivado (Sigfrido le exige a Gunter a cambio de su a ayuda la mano de Crimilda).
Ya en el segunda, encontramos un personaje femenino absolutamente protagonista; mujer de acción, capaz de cualquier cosa con tal de cumplir su venganza. Pero hay que tener en cuenta que Crimilda solo cumplirá su venganza de la mano de un hombre: Atila.
BRUNILDA
Reina de Islandia y esposa de Gunter. Modelo de mujer opuesto a Crimilda. Guerrera de fuerza inigualable, despiadada y cruel.
Brunilda gozaba de una dualidad de cualidades: se le atribuía hermosura y gentileza al mismo tiempo que su extraordinaria fuerza de guerrera islandesa.
Ahora bien, esa fuerza imbatible provenía de su virginidad, como ocurren en todas las valquirias y las amazonas. Por eso el concepto de matrimonio era un concepto negativo para ella, además de que no lo hacía por amor, sino por derrota. Y esta es la causa por la que en la noche de bodas se negaba a consumar el matrimonio, resistiéndose físicamente.
La caracterización mítica en Brunilda son su enorme vigor físico y el objeto mágico que hace que ésta sea imbatible: su cinturón. Así que una vez violada ese cinturón a pasa a Sigfrido y más tarde a Crimilda.
Brunilda es una de las valquirias más reconocidas dentro de las leyendas germánicas y sus poderes como valquiria guerrera son muy conocidos, atribuyéndole pues la armadura y la lucha.
A pesar de mostrarse como el opuesto complementario de Crimilda, Brunilda comparte rasgos comunes con Crimilda.
Ambas han sido forzadas a casarse: una fue vencida y la otra sufre las presiones del mundo de la corte.
Ambas también suscitan un viaje considerado peligroso: la primera parte, el de Gunter a Islandia, y en la segunda el que emprenden hacia la tierra de los Hunos.
En varios pasajes de la obra ambas son mencionadas como seres demoníacos.
En conclusión, estos dos personajes sobrepasan los límites del mundo cortesano; Ni una ni
otra son modelos de conducta aceptable dentro de una sociedad feudal.
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