El Romance Medieval inglés
- Gustavo Gandini
- 11 may 2020
- 8 Min. de lectura
Influencias culturales en los romances medievales

Un romance designa una novela o libro de caballerías en verso o prosa. Es una narración de las aventuras caballerescas con elementos fantásticos y amorosos. Al principio se escriben en verso (Sir Gawain…) pero luego en prosa, como Morte Darthur (1485). Su función es el entretenimiento en un mundo de fantasía e influyó en las modas sociales de la alta nobleza.
Los principales elementos culturales son: el feudalismo, la caballería, el cristianismo y la
cortesía y el amor cortés junto a la fantasía celta y germánica.
El feudalismo y la caballería
El feudalismo deriva del cruce cultural del comitatus y el régimen clientelístico romano en el
contexto de las invasiones germánicas y el mestizaje racial y cultural entre germanos y
sociedades más romanizadas.
En Francia alcanzó más fuerzas porque la autoridad real se fue debilitando a lo largo del SX a favor de los diferentes duques y condes que llegaron a ser prácticamente independientes. En el año 1000 surge la caballería como instrumento de coerción sobre los campesinos y como defensa frente a las ambiciones de conquista de otros señores feudales rivales. Esto fomentó conflictos y se construyeron castillos y fortalezas. Su altura indicaba su poder.
El código de honor germánico se mantiene en la cultura medieval. El caballero guarda fidelidad a su señor y debe buscar el honor y la fama a cambio de la hospitalidad y recompensa de su señor. El caballero debe costearse sus armas y conducirse según unas normas idealizadas y complejas.
El cristianismo
El ideal de fidelidad y honor incorpora ahora plenamente conceptos cristianos como la caridad y el amor fraternal a los necesitados, y la idea de pobreza y castidad para ganarse el favor del divino y la remisión de los pecados. Eso se realiza a través de hazañas bélicas contra infieles como en las Cruzadas. Los templarios son la unión entre la carrera militar y el cristianismo.
La cortesía y el amor cortés
Los protagonistas de los romances tienen una gran fuerza y cultivan las virtudes cristianas, pero también son atractivos, elegantes y dominan los modales de la corte, y tratan con cortesía a las mujeres. El caballero debe ser ejemplo de largueza, piedad, franqueza y cortesía. Debe reconocerlas y practicarlas.
La largueza es liberalidad, generosidad y prodigalidad. Entronca con el comitatus. La piedad sirve para demostrar en la batalla que se es capaz de misericordia. La franqueza es la sinceridad especialmente ante el señor feudal. La cortesía comprende la belleza física, elegancia y deseo de agradar, la inteligencia y el trato exquisito, la juventud y cierta ociosidad.
Es el refinamiento de una educación especial manifestada a diario. La corte del Rey Arturo es el modelo ideal más conocido.
Los romances medievales plantean en sus tramas lo difícil que es para los caballeros mantenerse fieles a estar combinación de ideales guerreros, religiosos y sociales y sus contradicciones. Se espera que se esfuerce por cumplir con las exigencias de la sociedad feudal pero los romances siempre plantean conflictos y dichos ideales no se pueden mantener integralmente, ya que los códigos a veces se contradicen cuando intervienen seres sobrenaturales que ponen a prueba la valía del protagonista (viajes peligrosos, castillos tenebrosos, personas a ser rescatadas, etc.).

Al lujo y refinamiento se añaden elementos mágicos que subrayan el escapismo ante la dura vida real. Este conflicto refleja el de la sociedad con sus ideales. Si el individuo cree en los ideales y supera los obstáculos más cierta ayuda sobrenatural o divina, nace la figura del héroe, pero si el personaje rechaza esos ideales y sucumbe a las debilidades, es un ser malvado.
Dentro de la cortesía está el amor cortés que nace con la poesía de los trovadores provenzales en el SXII. En Inglaterra se introducen por la influencia cultural francesa y la reina Leonor de Aquitania y esposa de Henry II (1154-89). Los poetas componen canciones en los que el enamorado expresa su amor por una dama casada y de una clase superior a la del yo poético.
Esta es hermosa o generosa, aunque muchas veces distante y altiva. El enamorado está en inferioridad y ella se convierte en su “señor”. El enamorado ha de cumplir unos ritos y normas para conseguir su amor y ella es reacia, éste cae en la melancolía pero que es a la vez una forma de placer porque su sufrimiento le lleva a refinar su conducta y modales. La respuesta favorable de la dama lleva al adulterio, algo más real y que sucedía en la sociedad medieval.
El amor cortés es paradójico: entraña una adoración y respeto a la mujer, pero es un amor adúltero y al margen del espíritu de honestidad y respeto al señor feudal. En realidad, es un punto de vista completamente masculino que fantaseaba con aquello que precisamente negaba en la vida real: la superioridad femenina.
La fantasía celta y germánica
El aspecto fantástico de los romances tiene su origen en antiguas historias celtas y germánicas.
Los gigantes, hechiceros, brujas, hadas, ninfas, castillos encantados están en las sagas escandinavas o en cuentos galeses e irlandeses. La transmisión de historias celtas se produjo en dos ámbitos: uno popular y oral y otro nobiliario y literario. Los juglares y bardos eran los depositarios de las tradiciones orales antiguas y las cortes medievales los acogen e impulsan.
Ellos usan varias lenguas con el latín como lengua internacional y de prestigio.
Las fuentes de cuentas sobrenaturales de origen celta son los ciclos de las epopeyas irlandés, las lais bretones y los cuentos orales galeses. El juego de los decapitados de Sir Gawain tiene origen en las aventuras de un héroe irlandés del UIster Cycle.
Los ciclos narrativos de los romances medievales
Todos los elementos anteriores se combinan en una serie de tramas argumentales principales con un núcleo central narrativo que forman los llamados ciclos narrativos, con sus protagonistas, episodios y localizaciones. Los ciclos narrativos o materias son tres (Bodel): la de Roma, la de Francia y la de Bretaña y la de Inglaterra.
La materia de Francia y de Roma

Es el más antiguo y tiene similitudes con la épica y los romances posteriores. Tiene como protagonista a Carlomagno y los doce pares o caballeros y sus luchas contra los musulmanes.
El principal texto es la Chanson de Roland.
La materia de Roma es una etiqueta muy amplia que incluye narraciones de la guerra de los griegos contra Troya sobre fuentes bizantinas; historias basadas en la Tebaida de Estacio y aventuras de Eneas según Virgilio.
La materia de Bretaña
Es el ciclo narrativo más importante y atractivo y narran las aventuras del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda y la historia de amor trágico de Tristán e Isolda. A esta materia pertenecen Sir Gawain y Morte Darthur.

Su origen son las narraciones celtas de los antiguos britanos y posiblemente Arturo fuese un jefe britano o un general celtorromano. Fueron extendidas por los juglares bretones imbricadas con elementos fantásticos, luego en Francia y luego en Inglaterra. Las primeras referencias al Rey Arturo aparecen en las crónicas históricas pero la referencia más importante es la de Geoffrey de Monmouth (1100-1155), galés, en su Historia de los reyes de Bretaña (1136). Allí se narra la historia de los reyes britanos antes de los romanos hasta la muerte del último, Cadwalader frente a los anglosajones (640). Se incluye el germen básico de la historia del Rey Arturo. Cuenta como Pendragon lo engendra al suplantar al marido de Ygernia gracias a Merlín, la protección y educación que brinda a Arturo; sus aventuras contra los anglosajones con su espada Caliburn y su matrimonio con Ginebra hija del rey de Cornualles. Detalla la campaña de Arturo en Francia, extendiéndose como la casa de Anjou.
El primer romance del Rey Arturo loe escribe un normando (Robert Wace) en versos octosilábicos basándose en Monmouth y se adapta al inglés (1190). Las siguientes versiones son del SXIII, francesas pero traducidas luego al inglés. La siguiente etapa del desarrollo es el Lancelot-Gran Cycle (1225). Allí se articula la relación adúltera de Lancelot du Lac y la reina Guenievre. Es una fuente de Morte Darthur (1485). Las siguientes aportaciones son de Chretien de Troyes y otros autores alemanes.
Este ciclo es el ciclo nacional anglonormando y resultó muy útil a la propaganda política normanda en su oposición a Francia. Se idealizaba el pasado celta remoto y evitaba toda glorificación del pasado de los vencidos anglosajones o la polémica con ellos.
La materia de Inglaterra
Lo forman unos cuantos cantos épicos anglosajones tardíos y algunos romances que narran las aventuras de héroes ingleses que se enfrentan a conspiraciones familiares que les privan de derechos sucesorios, hasta que recuperan esos derechos y su identidad.
Existen en la literatura inglesa muchos más romances con personajes y localizaciones muy variadas de difícil clasificación, llenos de aventuras hiperbólicas, reelaborando mitos clásicos o situados en la España musulmana.
Sir Gawain and the Green Knight
Este poema narrativo (1375-1400) ha llegado hasta nosotros escrito en un dialecto del in

glés medio y parece haber tenido un único autor. Es un claro ejemplo de fusión de influencias culturales en el occidente europeo durante la Edad Media La línea argumental se centra en el juego de la decapitación. Un ser sobrenatural se deja decapitar para luego pedir un golpe equivalente al caballero. El texto se divide en cuatro partes o fits. En el fit I, se celebra el año nuevo en Camelot y un caballero verde entra en la sala con su caballo verde y reta a los caballeros de la mesa redonda a que le den un golpe con el hacha y al año éste le devolverá el golpe. Gawain es el único que lo hace y le corta la cabeza al caballero verde pero antes de irse recoge la cabeza y reta a Gawain a que le busque en la capilla verde al cabo de un año.
El poema es una exaltación de las virtudes cristianas y caballerescas de la honestidad, verdad y humildad, pero también parodia algunas virtudes idealizadas de los caballeros. Gawain falla porque ama la vida y se queda con la liga verde de la mujer tentadora. El poema explota el conflicto entre la honestidad y el respeto a la generosidad del Señor y las convenciones del amor cortés.
Sir Gawain debería atender las insinuaciones de Lady Bercilack siempre que mantuviera la discreción y la elegancia. Trata a la dama con cortesía para que no se sienta ofendida al ser rechazada. El poema pone a prueba el código de la caballería y la virtud de Gawain y presenta el conflicto entre sus deberes como caballero. Al quedar humillado pero aceptado por el resto de caballeros viene a subrayar la humanidad de Gawain y deja al lector la puerta abierta a más interpretaciones. La liga verde simboliza la protección al caballero, pero también la falta lealtad, la cobardía y la vergüenza.

El carácter simbólico del poema es central. El color del caballero verde introduce un elemento sobrenatural y lo relaciona con la creencia en el homo silvestris que representa el desorden de la naturaleza frente al orden medieval. Otros símbolos son los animales que caza Bercilack, cada uno más astuto que el anterior. El anillo de Lady Bercilak es mágico para protegerlo y el pentagrama en el escudo de Gawain presenta al caballero como la imagen de la virtud. Sus cinco puntas representan los cinco sentidos intactos, las cinco heridas de Cristo, los misterios gozosos del rosario y las cualidades del caballero: generosidad, amistad, castidad, cortesía y piedad.
Formalmente el poema pertenece al denominado “alliterative revival” que continúa con las convenciones de la poesía anglosajona de los versos con cuatro acentos principales distribuidos en dos hemistiquios. Pero presentan muchas variaciones de la norma que afectan al número de sílabas tónicas en cada verso y al número de fonemas iniciales de las sílabas tónicas que aliteran.
Pero el poema no queda del todo exento de ciertas influencias formales francesas porque el autor emplea la rima. Concretamente se introdujo al final de cada estrofa lo que se conoce como bob and Wheel, cinco versa con rima ababa.
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